Sierra
de Mariandrés de Nogales.
Dando comienzo en Nogales, se extiende, como si de una cordillera se tratara, hacia el saliente, dirección Feria. Por su cara norte pertenece al baldío de Gimón hasta que se encuentra con los límites de la que fue dehesa de Santa Justa, que por el Contadero sube hasta la cumbre. Era bordeada por el camino de Nogales a la Morera, y la cañada real Madrid-Portugal.
Por su vertiente sur, sus terrenos
se incluyen en el baldío de Los Jarales, hasta el límite con la Jarilla. Siendo
bordeada por el camino de Salvatierra.
Una zona que se caracteriza por ser
un terreno pedregoso, agreste, con plantaciones de olivos, y famosa por sus
espárragos. Como cosa curiosa, en la cumbre, llegando al pico de la Zorra, aún se puede observar las eras que hacían para trillar el poco cereal que sembraban en sus pequeñas terrazas y cima.
Hasta hace poco más de medio siglo, era un conglomerado de pequeños cercados, la mayoría no superior a media fanega (3.000 m2). Calculamos que en las 100 fanegas que tienen sus laderas, podía haber entre 140 y 170 cercados. Para acceder a los mismos, existía (existe aún en su tramo inicial) un sexmo o vereda, que partiendo del Pozo del Agua subía a la cumbre, para continuar por ella hasta el límite con la Jarilla.
Casa que José Duarte León, el del Tesorillo, construyó en la cumbre, cuando compró muchos de los cercados de Mariandrés, con el dinero que le dieron por el tesoro |
Mapa del Catastro |
Mirando por encima el mapa del
Catastro, solo quedan unos 40. Tan amplio número de “cercainos” ha venido
siendo un problema a la hora de agrupar fincas en un mismo propietario. La
mayoría de ellos no tenía (o no tiene) escrituras notariales, por lo que
tampoco aparecen en el Registro de la Propiedad.
Pero ¿Cuál es la razón de tantas pequeñas parcelas en esta nuestra sierra? Un terreno poco productivo y difícil de trabajar.
Otro enigma es el “Cuándo” se hizo esta parcelación.
Pues vamos a ello. Parece que la
cuestión se va aclarando a medida que avanzamos en la investigación.
La primera referencia que teníamos
de la sierra Mariandrés es de 1791. Con ocasión del interrogatorio que se hace
a los pueblos de la provincia de Extremadura cuando se crea la Real Audiencia
de Cáceres. En el informe que hace el cura de Nogales sobre la situación del
pueblo, Don Agustín Mexia de Salas, dice:
La sierra Mariandrés era un terreno inculto. A
los vecinos no le era rentable tomarse el trabajo de desmontarla y ponerla en
producción para tener que dar el noveno al Duque, el diezmo a la iglesia, y
otros tributos al Rey. Con el problema añadido que suponía no poder rentabilizar la inversión con su venta. Como solución, propone el cura que reparta el duque las
tierras entre los vecinos. Al menos recogería la Casa Ducal alguna
renta, que ahora no recibe.
Sorprende estas afirmaciones de Don Agustín, hechas en 1791, cuando hace poco hemos tenido conocimiento de otro documento anterior fechado en 1785, en el que parece qe el reparto que se pide ya se había concedido 6 años antes.
Se trata del expediente de la “súplica” por la que el Ayuntamiento de Nogales solicita al Duque de Medinaceli el reparto de 170 fanegas en la sierra de Mariandrés entre los vecinos “pudientes”(que tengan medios para cultivar), con la intención de plantar olivos y viñas. A cambio, el Ducado recibiría una parte de cada 30 que produjeran. Al mismo tiempo, pedían que se les hicieran escrituras para que pudieran vender o permutar las tierras, pagando siempre el 1/30.
El documento
al que nos referimos se encuentra en el archivo municipal de Zafra, y nos lo ha
hecho llegar el historiador segedano Manuel Sánchez Gómez-Coronado, quien ha
estudiado a fondo todo lo relativo al Ducado de Feria.
Analizando el mismo podemos ver que es una transcripción de tres o cuatro cartas originales:
En la 1ª, el Ayuntamiento de Nogales, tras describir el terreno, apela a la bondad (piedad, dice) del Duque, para pedirle que reparta entre sus vecinos, “vasallos”, esos terrenos para plantarlos de olivos y viñas. A cambio de recibir el 1/30 de la producción anual. Ponen como condición que “se puedan vender como bienes propios”, con lo que el duque podría recaudar más en impuestos (Alcabala)
En el margen, el
duque, desde Aranjuez, le pide a su contador (administrador) de Zafra, que le
informe sobre esa petición, y le diga lo que le convenga. El de Medinaceli, muy
posiblemente no sabría ni donde estaba Zafra, ni por supuesto Nogales.
La 2ª carta es la respuesta del contador de Zafra. En ella
le vuelve a repetir las condiciones. El 1/30 del producto, y que puedan vender
la parcela que arreglen y planten.
El contador le
comenta que ha consultado con el mayordomo de Santa Marta (Nogales ya no tenía),
quien le informa que las 170 fanegas no son de la misma calidad. Hay 70 fanegas
que no son tan malas y que se siembran en la actualidad, pagando el noveno.
Mientras que las otras 100 sí se corresponde con la calidad que dicen los
vecinos. Por lo que llega a la conclusión que solo éstas serían las idóneas para repartir entre los vecinos, y aceptar que las puedan vender, permutar y
enajenar, pero solo entre vecinos.
La 3ª es la contestación del Duque desde Madrid, dando su
conformidad a la propuesta del Ayuntamiento sobre las 100 fanegas peores. Y
manda que se les dé escrituras a quienes las pidan.
Por lo que debemos entender que se empezó entonces a llevar a cabo. Pero después de leer el informe 6 años más tarde, del cura Mexía de Salas, nos surgen dudas, pues dice que “Este pueblo carece de plantíos… Asimismo, ay en dicho valdio dos pedazos de terreno incultos, uno en la sierra de Maríandres poblada de acebuches …(el otro era los Madroñales), que ofrecen grandes utilidades si se repartieran entre los vecinos, pero tocamos con la misma dificultad que en los anteriores”
La dificultad a la que se refiere está en el párrafo anterior cuando dice: “… aunque estos pudieran haberse
aplicado a hacer dichos plantios, no los egecutan porque dicho Señor
excelentísimo los quiere gravar con una pensión (renta) insoportable como si fuera dueño
en el todo dicho terreno…” Como vemos, deja caer que existen dudas
sobre la titularidad de las tierras. Cuestión que se volverá a plantear en los
siglos siguientes, XIX y principios del XX.
4ª.- En la parte final, el mayordomo de Sta. Marta responde
al contador de Zafra de los inmuebles (tierras y casas) que tienen los vecinos
de Nogales en común (de todos) y particulares. Dice que
-
En común tienen el usufructo de hierbas y
bellota de los baldíos (de propiedad del Duque), los ejidos y la “Desa”.
-
Particulares: la mayoría solo sus casas.
Y hay 3 que tienen cercas propias. Fco. Mexía de Salas; Juan Domínguez Morejón
y Fernando Domínguez.
En relación con
esto último, tenemos que decir que más concretamente la situación era la
siguiente:
-
Bienes comunales en general o del Ayuntamiento: unas
40 fanegas de los ejidos (alrededor del pueblo) y la mayor parte de la “Desa”
-
Bienes particulares, aparte de las casas, había
unas 30 fanegas que eran de varios vecinos (más de 3), por Los Moriscos, varias
huertas y los Huertos. Monsalud que era del Marqués. La Jarilla del Convento de
Santo Domingo.
-
Del Duque: Los 4 baldíos (Gimón, Los Jarales, Los Llanos
y Valdeyerro), aunque los aprovechamientos eran de la comunidad de vecinos; Santa
Justa, Maricara y los Entrines.
Casi
todo el terreno estaba baldío, inculto, improductivo. Los vecinos cogían la
bellota. Sacaban en piara, el guarrillo que cada uno tenía para la matanza. Las
2 o 3 cabras u ovejas que tenían para subsistir, las pastoreaban por los
ejidos y los “baldíos”. Nogales tenía 4 baldíos cuyos nombres aún se conservan:
Valdeyerro, Los Llanos, Los Jarales y Gimón.
La Sierra de Mariandrés ha sido siempre un sitio de mucho movimiento de gente. Era raro quien no tenía un “cercaino”. Aquí os dejo una páguna de un libro que recoge la acusación particular en el juicio por el asesinato de Carmen Lozano en 1882.
Vaya por delante que ninguno de las personas que aquí aparecen tuvo nada que ver con los hechos. (Que sepamos)
Por lo demás, el problema de la propiedad de la tierra con el Duque, continuó hasta finales del XIX. Dando lugar a muchos pleitos. En los años 70, uno general de las 5 villas (Villalba, Santa Marta, Solana, La Corte y Nogales) reclamando la devolución del "noveno" y propiedad de algunas tierras. Este mapa es de un libro que recoge las alegaciones de los vecinos, Solo hemos escaneado la parte de Nogales, y no completa. Después vendrían los juicios sobre Los Entrines 1885, y Santa Justa en 1905.
Mapa
de 1877. Mariandrés en naranja
ANEXO
En relación con este tema, es interesante revisar las
conclusiones a las que llega el informador del Interrogatorio para la Real
Audiencia, Juan Antonio de Ynguanzo, sobre Nogales el 26 de marzo de 1791.
En él nos explica la situación en que se encontraban los vecinos de Nogales al
ser del duque casi todo el terreno
“La villa de Nogales es otro de los pueblos condenados
por su constitución a ser infelices, porque su único recurso es a los granos,
sin poder dedicarse a los plantíos, por ser la parte principal de este término
propia del Duque de Medina Cely, con lo que no pueden arraigarse aquí los
vecinos.
Hay dehesa boial de pasto y bellota,
el egido de unas quarenta fanegas de tierra, otras treinta fanegas de
diferentes dueños, la Dehesa la Jarilla de pasto, labor y bellota propia del
Combento de Santo Domingo de Badajoz.
Todo el demas terreno as¡ adehesado
como valdio es del Duque de Medinacely.
De aqui resulta que los vecinos no
pueden poseer vienes raizes, ni ser mas que unos puros arrendatarios que no
toman interes por las tierras, las quales todas estan sin cercarse aunque hay
abundancia de piedra por que son tierras del Duque, en vez de que si fuesen de
vecinos se pudieran combertir las contiguas a la poblacion en jardines o
guertás para frutas, legumbres, olibos y sembrados que produgesen el doble de
su actual rendimiento.
La cosecha de granos es tambien escasa
y limitada al propio consumo, pues se regula en 2254 fanegas de trigo y 1120 de
cevada, y como el ramo de ganados es tambien escaso, resulta ser muy pobre este
vecindario reducido a 160 vecinos con tres leguas cuadradas de termino, cuia
maior parte se disfruta por forasteros, es a saver: la Dehesa de la Jarilla la
aprovecha a pasto, labor y bellota, su dueño el Combento de Santo Domingo, y
otras tres dehesas que son del Duque las disfruta ganado lanar trashumante.
El mejor modo de fomentar esta
poblacion serian los plantios de olibos, de los quales se carece por no tener
los vecinos dominio en el suelo, dejandose perder la proporcion de muchos
azebuches y terrenos incultos con que el Duque pudiera ostentar su
magnificencia, repartiendolos a censo perpetuo por un moderado canon para que
se ingertaran y plantaran, y los labradores tubiesen este socorro en los años
esteriles de granos.
Los vecinos desean que se les repartan
los egidos para plantios, baxo el correspondientes canon a favor del comun, lo
que seria util para que se utilize lo que oy nada vale, pues pudieran
combertirse en unas fincas de mucho valor por su proximidad al pueblo.
En la dehesa boyal hay bastante monte
bajo poblado de chaparros, que estan acusando a estos vecinos por su descuido
en no tenerlos resalbados y la causa es ser hacienda del comun en que no toma
interes ningun vecino particular”.
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