LA CASA DEL RUSO
El
cómo se va transmitiendo la propiedad de unas manos a otras según que épocas,
va modelando la estructura económica de cada pueblo y conformando al mismo
tiempo sus relaciones sociales. Lo que comúnmente llamamos la idiosincrasia de
un pueblo. Es lo que nos hace distinto a los pueblos de alrededor; a la Morera,
a la Torre, Salvaleón… No somos ni actuamos de igual forma. Esa evolución es
desde hace algún tiempo una de mis líneas de investigación.
Para ello contamos con pocos medios, y
principalmente propios. Se han perdido muchos, pero algo vamos haciendo por
recuperar esa memoria. De vez en cuando aparece alguien que hace una pequeña
aportación con escrituras de propiedad que ensambladas en el puzle general
multiplica la información por 10.
Tenemos ya algunas, pero antes del
verano saltó una de pura casualidad a raíz de unas fotos que publiqué. Se trata
de la llamada Casa del Ruso. Para mí, la Corralada del Ejido. Me explico.
Eran los ejidos (del latín "Exitus": salida) terrenos comunes
que rodeaban el pueblo, para aprovechamiento de todos. No se podían sembrar y
cada uno los usaba como podía dentro de unas normas creadas por los usos y costumbres. Ni que decir tiene que follones no
faltarían. Algunos los vallaban con setos hechos de zarzas, taramas o chumberas para aprovechar
con sus pocas cabezas de “ganao” el forraje. Lo que dio lugar a los
“cortinales”. Llamados así por su efecto de cortina que producía la sucesión
de tiras de “cercainos” vallados.
Algunos que iban teniendo “posibles”, se construían “majás” para tener el
ganado y zahúrdas para la cría de unos pocos cochinos.
La corralada
Foto de Antonio Ramírez Fernández |
Según contrato privado de compraventa de Ángel Castaño
a José Aranda Meneses, Don Ángel compró la majada a Luis Lozano “ … hace más de
30 años”. El problema está también en que dicho documento no está fechado.
Suponemos que fue en los años 60. Como testigos firman
Vitoriano, Antonio el del coche e Ildefonso Torres. Su precio, 3.000 ptas. No
tiene pozo, por lo que el agua para los guarros la traerían en cántaros desde
la cercana Fuente Grande. No ocurre hoy lo mismo, nos dice sus propietarios,
pues tienen agua corriente.
En 2.014, Camen García Carballo y Ramón Novoa Berjano,
su marido, compran a Felisa, viuda de
José Aranda, esta finca, rehabilitando y reformando su zajurdón con un gusto
exquisito, salvo mejor opinión. Digno de alabar en estos tiempos de
horteradas sublimes. Enhorabuena
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Restos de la corralada |
Portera centenaria del olivar de los huertos
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Portera del siglo XVII casi con toda seguridad |
Tumba Visigótica de la zona de los Huertos de la Fuente Grande
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Prometemos limpiarla |
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Una de las dos losas que tapaban la tumba. ¿Y la otra? |
Otras fotos del final de la primavera de 2.018 en Cornicabral