Cada vez que hablamos del caserío de Nogales y de cómo se fue formando, nos preguntan algunos vecinos, como es natural, de cuándo es su casa.
De las más antiguas, es muy difícil saber sus orígenes por la falta de documentación en la que nos podemos apoyar. Pero de las más recientes, sí consta el proceso de adjudicación en las actas del Ayuntamiento. Por ello, y aunque es tarea un poco pesada y tediosa, nos hemos lanzado a transcribir algunas partes más significativas. De modo que la gente pueda entender “cómo iba la cosa”. No sé si lo conseguiremos.
Vamos a tomar como ejemplo el acta de 29 de marzo de 1914, en la que, aparte de otros temas, se habla del establecimiento del procedimiento de concesión de solares mediante subasta pública.
Hasta ese momento, la cesión de terrenos o solares se había hecho por un procedimiento muy sencillo. El vecino o vecina solicitaba un determinado terreno público: ladera norte, Barrancos, camino del Pilar, Canchal, etc. Era muy común también que la gente pidiera ampliar su corral con terrenos del Ejido, como los de la calle San Juan, San Cristóbal, Bernáldez Grinda…
Una vez hecha la solicitud, el Pleno lo pasaba a la Comisión de Ornato, que se encargaba, junto con los peritos, de estudiar el asunto, viendo y midiendo el terreno solicitado. Era muy importante comprobar si se podían lesionar derechos de otros vecinos que también lo hubieran solicitado con más derecho. Miraban que no obstaculizara el paso, que no fuera vía pecuaria, etc.
La Comisión pasaba el informe al Pleno que, en función de los pros y los contras contenidos en él, aprobaba o denegaba la solicitud.
Así se venía haciendo hasta 1914. Año en el que debido a la gran cantidad solicitudes se planteó la modificación del sistema de concesiones para que resultara más justa y libre enchufismos, que como es natural y humano, existirían.
Vamos a ello:
