domingo, 18 de febrero de 2024

1785 Mariandrés

 



Sierra de Mariandrés de Nogales.

            Dando comienzo en Nogales, se extiende, como si de una cordillera se tratara, hacia el saliente, dirección Feria. Por su cara norte pertenece al baldío de Gimón hasta que se encuentra con los límites de la que fue dehesa de Santa Justa, que por el Contadero sube hasta la cumbre. Era bordeada por el camino de Nogales a la Morera, y la cañada real Madrid-Portugal. 


             Por su vertiente sur, sus terrenos se incluyen en el baldío de Los Jarales, hasta el límite con la Jarilla. Siendo bordeada por el camino de Salvatierra.

            Una zona que se caracteriza por ser un terreno pedregoso, agreste, con plantaciones de olivos, y famosa por sus espárragos. Como cosa curiosa, en la cumbre, llegando al pico de la Zorra, aún se puede observar las eras que hacían para trillar el poco cereal que sembraban en sus pequeñas terrazas y cima.

            Hasta hace poco más de medio siglo, era un conglomerado de pequeños cercados, la mayoría no superior a media fanega (3.000 m2). Calculamos que en las 100 fanegas que tienen sus laderas, podía haber entre 140 y 170 cercados. Para acceder a los mismos, existía (existe aún en su tramo inicial) un sexmo o vereda, que partiendo del Pozo del Agua subía a la cumbre, para continuar por ella hasta el límite con la Jarilla. 

Casa que José Duarte León, el del Tesorillo, construyó
en la cumbre, cuando compró muchos de los cercados de Mariandrés, con el dinero que le dieron por el tesoro

Mapa del Catastro


           Mirando por encima el mapa del Catastro, solo quedan unos 40. Tan amplio número de “cercainos” ha venido siendo un problema a la hora de agrupar fincas en un mismo propietario. La mayoría de ellos no tenía (o no tiene) escrituras notariales, por lo que tampoco aparecen en el Registro de la Propiedad.

           Pero ¿Cuál es la razón de tantas pequeñas parcelas en esta nuestra sierra? Un terreno poco productivo y difícil de trabajar. 

           Otro enigma es el “Cuándo” se hizo esta parcelación.

           Pues vamos a ello. Parece que la cuestión se va aclarando a medida que avanzamos en la investigación.

           La primera referencia que teníamos de la sierra Mariandrés es de 1791. Con ocasión del interrogatorio que se hace a los pueblos de la provincia de Extremadura cuando se crea la Real Audiencia de Cáceres. En el informe que hace el cura de Nogales sobre la situación del pueblo, Don Agustín Mexia de Salas, dice:



           La sierra Mariandrés era un terreno inculto. A los vecinos no le era rentable tomarse el trabajo de desmontarla y ponerla en producción para tener que dar el noveno al Duque, el diezmo a la iglesia, y otros tributos al Rey. Con el problema añadido que suponía no poder rentabilizar la inversión con su venta. Como solución, propone el cura que reparta el duque las tierras entre los vecinos. Al menos recogería la Casa Ducal alguna renta, que ahora no recibe.

           Sorprende estas afirmaciones de Don Agustín, hechas en 1791, cuando hace poco hemos tenido conocimiento de otro documento anterior fechado en 1785, en el que parece qe el reparto que se pide ya se había concedido 6 años antes.

  Se trata del expediente de la “súplica” por la que el Ayuntamiento de Nogales solicita al Duque de Medinaceli el reparto de 170 fanegas en la sierra de Mariandrés entre los vecinos “pudientes”(que tengan medios para cultivar), con la intención de plantar olivos y viñas. A cambio, el Ducado recibiría una parte de cada 30 que produjeran. Al mismo tiempo, pedían que se les hicieran escrituras para que pudieran vender o permutar las tierras, pagando siempre el 1/30.

         El documento al que nos referimos se encuentra en el archivo municipal de Zafra, y nos lo ha hecho llegar el historiador segedano Manuel Sánchez Gómez-Coronado, quien ha estudiado a fondo todo lo relativo al Ducado de Feria.

          Analizando el mismo podemos ver que es una transcripción de tres o cuatro cartas originales:

           En la 1ª, el Ayuntamiento de Nogales, tras describir el terreno, apela a la bondad (piedad, dice) del Duque, para pedirle que reparta entre sus vecinos, “vasallos”, esos terrenos para plantarlos de olivos y viñas. A cambio de recibir el 1/30 de la producción anual. Ponen como condición que “se puedan vender como bienes propios”, con lo que el duque podría recaudar más en impuestos (Alcabala)

          En el margen, el duque, desde Aranjuez, le pide a su contador (administrador) de Zafra, que le informe sobre esa petición, y le diga lo que le convenga. El de Medinaceli, muy posiblemente no sabría ni donde estaba Zafra, ni por supuesto Nogales.

           La 2ª carta es la respuesta del contador de Zafra. En ella le vuelve a repetir las condiciones. El 1/30 del producto, y que puedan vender la parcela que arreglen y planten.

           El contador le comenta que ha consultado con el mayordomo de Santa Marta (Nogales ya no tenía), quien le informa que las 170 fanegas no son de la misma calidad. Hay 70 fanegas que no son tan malas y que se siembran en la actualidad, pagando el noveno. Mientras que las otras 100 sí se corresponde con la calidad que dicen los vecinos. Por lo que llega a la conclusión que solo éstas serían las idóneas para repartir entre los vecinos, y aceptar que las puedan vender, permutar y enajenar, pero solo entre vecinos.






                La 3ª es la contestación del Duque desde Madrid, dando su conformidad a la propuesta del Ayuntamiento sobre las 100 fanegas peores. Y manda que se les dé escrituras a quienes las pidan.

                Por lo que debemos entender que se empezó entonces a llevar a cabo. Pero después de leer el informe 6 años más tarde, del cura Mexía de Salas, nos surgen dudas, pues dice que “Este pueblo carece de plantíos… Asimismo, ay en dicho valdio dos pedazos de terreno incultos, uno en la sierra de Maríandres poblada de acebuches …(el otro era los Madroñales), que ofrecen grandes utilidades si se repartieran entre los vecinos, pero tocamos con la misma dificultad que en los anteriores”  

                La dificultad a la que se refiere está en el párrafo anterior cuando dice: “… aunque estos pudieran haberse aplicado a hacer dichos plantios, no los egecutan porque dicho Señor excelentísimo los quiere gravar con una pensión (renta) insoportable como si fuera dueño en el todo dicho terreno…” Como vemos, deja caer que existen dudas sobre la titularidad de las tierras. Cuestión que se volverá a plantear en los siglos siguientes, XIX y principios del XX.

             4ª.- En la parte final, el mayordomo de Sta. Marta responde al contador de Zafra de los inmuebles (tierras y casas) que tienen los vecinos de Nogales en común (de todos) y particulares. Dice que

-        En común tienen el usufructo de hierbas y bellota de los baldíos (de propiedad del Duque), los ejidos y la “Desa”.

-        Particulares: la mayoría solo sus casas. Y hay 3 que tienen cercas propias. Fco. Mexía de Salas; Juan Domínguez Morejón y Fernando Domínguez.

      En relación con esto último, tenemos que decir que más concretamente la situación era la siguiente:

-        Bienes comunales en general o del Ayuntamiento: unas 40 fanegas de los ejidos (alrededor del pueblo) y la mayor parte de la “Desa”

-        Bienes particulares, aparte de las casas, había unas 30 fanegas que eran de varios vecinos (más de 3), por Los Moriscos, varias huertas y los Huertos. Monsalud que era del Marqués. La Jarilla del Convento de Santo Domingo.

-        Del Duque:  Los 4 baldíos (Gimón, Los Jarales, Los Llanos y Valdeyerro), aunque los aprovechamientos eran de la comunidad de vecinos; Santa Justa, Maricara y los Entrines.

                  Casi todo el terreno estaba baldío, inculto, improductivo. Los vecinos cogían la bellota. Sacaban en piara, el guarrillo que cada uno tenía para la matanza. Las 2 o 3 cabras u ovejas que tenían para subsistir, las pastoreaban por los ejidos y los “baldíos”. Nogales tenía 4 baldíos cuyos nombres aún se conservan: Valdeyerro, Los Llanos, Los Jarales y Gimón.


             La Sierra de Mariandrés ha sido siempre un sitio de mucho movimiento de gente. Era raro quien no tenía un “cercaino”. Aquí os dejo una páguna de un libro que recoge la acusación particular en el juicio por el asesinato de Carmen Lozano en 1882.

           Vaya por delante que ninguno de las personas que aquí aparecen tuvo nada que ver con los hechos. (Que sepamos)



            Por lo demás, el problema de la propiedad de la tierra con el Duque, continuó hasta finales del XIX. Dando lugar a muchos pleitos. En los años 70, uno general de las 5 villas (Villalba, Santa Marta, Solana, La Corte y Nogales) reclamando la devolución del "noveno" y propiedad de algunas tierras. Este mapa es de un libro que recoge las alegaciones de los vecinos, Solo hemos escaneado la parte de Nogales, y no completa. Después vendrían los juicios sobre Los Entrines 1885, y Santa Justa en 1905.




          Mapa de 1877.  Mariandrés en naranja





























ANEXO

En relación con este tema, es interesante revisar las conclusiones a las que llega el informador del Interrogatorio para la Real Audiencia, Juan Antonio de Ynguanzo, sobre Nogales el 26 de marzo de 1791. En él nos explica la situación en que se encontraban los vecinos de Nogales al ser del duque casi todo el terreno

“La villa de Nogales es otro de los pueblos condenados por su constitución a ser infelices, porque su único recurso es a los granos, sin poder dedicarse a los plantíos, por ser la parte principal de este término propia del Duque de Medina Cely, con lo que no pueden arraigarse aquí los vecinos.

    Hay dehesa boial de pasto y bellota, el egido de unas quarenta fanegas de tierra, otras treinta fanegas de diferentes dueños, la Dehesa la Jarilla de pasto, labor y bellota propia del Combento de Santo Domingo de Badajoz.

    Todo el demas terreno as¡ adehesado como valdio es del Duque de Medinacely.

    De aqui resulta que los vecinos no pueden poseer vienes raizes, ni ser mas que unos puros arrendatarios que no toman interes por las tierras, las quales todas estan sin cercarse aunque hay abundancia de piedra por que son tierras del Duque, en vez de que si fuesen de vecinos se pudieran combertir las contiguas a la poblacion en jardines o guertás para frutas, legumbres, olibos y sembrados que produgesen el doble de su actual rendimiento.

    La cosecha de granos es tambien escasa y limitada al propio consumo, pues se regula en 2254 fanegas de trigo y 1120 de cevada, y como el ramo de ganados es tambien escaso, resulta ser muy pobre este vecindario reducido a 160 vecinos con tres leguas cuadradas de termino, cuia maior parte se disfruta por forasteros, es a saver: la Dehesa de la Jarilla la aprovecha a pasto, labor y bellota, su dueño el Combento de Santo Domingo, y otras tres dehesas que son del Duque las disfruta ganado lanar trashumante.

    El mejor modo de fomentar esta poblacion serian los plantios de olibos, de los quales se carece por no tener los vecinos dominio en el suelo, dejandose perder la proporcion de muchos azebuches y terrenos incultos con que el Duque pudiera ostentar su magnificencia, repartiendolos a censo perpetuo por un moderado canon para que se ingertaran y plantaran, y los labradores tubiesen este socorro en los años esteriles de granos.

    Los vecinos desean que se les repartan los egidos para plantios, baxo el correspondientes canon a favor del comun, lo que seria util para que se utilize lo que oy nada vale, pues pudieran combertirse en unas fincas de mucho valor por su proximidad al pueblo.

   En la dehesa boyal hay bastante monte bajo poblado de chaparros, que estan acusando a estos vecinos por su descuido en no tenerlos resalbados y la causa es ser hacienda del comun en que no toma interes ningun vecino particular”.